martes, 26 de marzo de 2019

En Almíbar

La luz se encabrita
sobre los páramos del viento,
mientras tu argentado silencio
me traspasa…

Presuntuoso corcel
que seduce mi lengua,
acaso enervándola
con su avispero de elocuencia…

Cabalgas la floreciente satisfacción
de elevarme entre dos soles;
ceñida a la sed de tus lienzos
y acuarelas sónicas…

Las cuerdas se sonrojan,
tras la caricia rimbombante
con la que me invades…

Me tumbo en el culmen
de este concierto escarlata
y vislumbro el respiro del cosmos
a través de la dulzura consagrada
de tus cristales…

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