Dejándome ir
con la melodía alquímica de tus dedos;
evaporar en sus planeos atemporales,
es como acoplo al sinfín ignoto
que te confluye…
Cada vez más hondo
me intuye el génesis perpetuado…
La raíz escarlata
se abre paso en mi sombra,
conecta el impulso al éxtasis
que aborda mis latitudes
y no restringe su marcha,
sino hasta forjar su epifanía…
Entonces
ya soy de plata,
inconmensurable geografía
de un silencio maduro,
cuyo aleteo de luz
es un cortejo de luna;
la desnuda provocación del alma…
Conjuro los vértices solares,
la embriaguez ingrávida
de un atardecer suicida,
y tu noche respira por mi boca…
Dejándome ir
con tu lengua impetuosa
es como adentro la constelación
que amamanta la poesía
entre tú y yo…
TE AMO MI AMOR!!
ResponderEliminar