El canto de la noche
ofrece a mi boca
un puente a tu silencio…
Transito su extensión
en clamor inhiesto
y atravieso tu azul callado
descifrando tu sueño…
Me acerco,
beso tus ojos cerrados,
y entro en la paz que te señala…
Respiro tus aguas…
Velo tu suspiro mientras descansas
sabiéndome entera,
confinada a tu huella,
descalza…
Nado en tu cálido reposo
-remanso de mi sueño-
y se aventura el esbozo
de otro verso…
Leo la fuente de tu saliva
que gotea su encanto entre mis dedos
y frente a tu ventana infinita
mi voz eterna te grita
¡Te quiero!
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