Concilio de Estamentos

Tu nombre desplegado

es un río de luciérnagas

en mi bosque encantado…

Mi luna se torna a tu lago

y baña su luz en tus brazos…

¡Te amo!

Los hilos de tu alma

advierten las costuras de la mía,

y hasta aquella herida

que no sana…

Adjunto a la rima el tilde

que acicala el rumor de tu silencio,

promulgando por fin la vigilia…

Y te arropo,

mi loco amor…

Me arrojo sin temor

al interior de tu costado

-Precipicio alado-

Sin mis ojos,

me dono al milagro de los tuyos

y te siento tan mío…

A tientas

las estrellas alcanzamos…

¡Y más te amo!

Emerge copiosa la pureza,

murmurando la frecuencia

en la lengua del viento

-concilio de estamentos-

que a nuestros pechos conecta

con el árbol del Universo…