Tus ojos retratan en movimiento
mi nombre desnudo,
percibiendo el vapor
de mi aliento puro…
El naufragio del sol
trae a tus manos mi horizonte
y extravío mi rastro en tus caricias…
Es a través de la noche
que veo las dimensiones de tu alma
-morada infinita-
Ese rostro de abismo
que me quema las pestañas…
Y me resiste la voz
al torrente de tus besos…
Se atora el revés de mis brazos…
Discrepo con la piel empujando tu universo
penetrando el fondo de tu centro
-de energía regazo-
Desmedida,
puedo gemir mi cautiverio
-Prisión del viento-,
aventurada en tus dedos
despojado el velo de mi silencio…
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