Un vuelo blanco
avizora el aleteo de tus ojos,
engarzados a la curiosidad del tiempo,
mientras sigues,
ondulando el silencio entre gotas de aire;
haciéndome temblar
con la exótica atadura de un susurro
que anida la emoción dialogante
de los cuerpos…
Tu lengua es la parte
a la que fundo el rasgo migratorio
de mis sueños
para oírte,
desesperado,
por el bocado de misterio
que traigo puesto para tus ganas…
Alimentas el gusto por lo significativo;
vas construyendo el camino
que te afianza
a la estética adicción
que me hierve en la sangre
y vuela entre las palabras,
desafiando la pasión
de una retórica que te sabe…
No hay comentarios:
Publicar un comentario