Una estampida de soles
bendice las tierras que duermen
esculpidas entre sombras;
valida el desmayo que nutre
y enciende el idioma del silencio…
Voltea su andar quebradizo,
dándole a beber un borbotón de fuego,
mientras diluye e impulsa su renacer al brillo…
Salva el códice de los pájaros negros;
despeja la raíz arbórea de su lengua
y transcurre para mezclar su corazón,
aclarando el color
del genuino gorjeo de la esencia…
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