Late en mis venas tu voz danzante;
su figura de agudeza me abraza
con la velocidad que sostiene
y une al vientre sonoro
del universo,
mientras se expande en mis ojos
una vibración sincrónica,
cuya corriente doblega el precipicio
y de un giro me arroja
al vuelo sinfónico de tu naturaleza…
Líquido sarmiento que me desliza
y conecta la memoria del silencio
a su fractal cristalino…
Pules mi corazón labriego;
el afán feroz de sembrar las alturas
y desnudar el vértigo del suspiro;
esencia aérea que recompone los impulsos,
resolviendo las ecuaciones del espíritu…
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