Me atraviesa el color de tu rayo sublime;
un extracto turquesa
que me habla del sólido mar,
batiéndose, constante, en tus iris,
bruñendo la luz que te proyecta…
Cuando aún soy melodía;
me haces chocar con tu aliento
y persevera el engranaje incorpóreo
que rinde tributo a la noche…
Asida a tu lengua
la raíz insomne de los sueños,
encuentra al cénit del arrebato
rasgando mi envoltura,
faro limítrofe que adhiere
al naufragio de la sombra…
Como una pompa que lleva
latiendo dentro un nenúfar,
en despegue inverosímil,
el infinito nos empuja…
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