Se eleva tanto la corriente
que toda su profundidad te nombra
e invoca mi raíz terrena…
Prendada de tu creciente sinuosa,
me siembro en ella
y hallo las venas del viento
orientadas a la noche,
sensible prolongación
de todo lo que llevo dentro…
De asombro y expansión
explota mi silencio
en sonriente palpitar…
De par en par
me abro a tus colores;
a la lírica de tu sol
moviéndose en mi lengua…
Tus dedos agitados sortean las cumbres
con un balanceo elástico
que dirige mis alas al oriente…
Siembro mi sombra en los eclipses
que nacen de los frecuentes
contoneos azules de tu mirada…
Preñada de luz
me alargo en la pose que nos retrata
y brinca el suspiro de mis labios,
besando las gotas perenes del alma…
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