Traigo el idioma de tu silencio
esculpido en la carne;
su vértigo telúrico
y el sol de sus cauces
imantando mi saliva…
Su color espectral sujetándome,
atravesando mi lengua
con su mansa perspectiva…
Desplegada en tu página instintiva,
conecto con la secuencia que atrae
las beldades cinceladas…
Magnetizas el aire,
mientras mi alma difunde
con éxtasis profuso
el índigo semblante de la noche
sumergido en el suelo que presume
de tus poderosas insinuaciones…
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