Me moja tu savia
pasional e instintiva
y la cultivas en mi sombra,
como bálsamo lunar
que nutre el albor del mañana…
Construyes mi intimidad
con místicas esporas,
que brotan en mi lengua
y vistes de invisibles telas
el arrebato de mis formas…
Me concibe el dulce palpitar de tu verbo
y acelera la velocidad de mi trazo…
Sólo inocencia voy encontrando,
mientras amarro mi alma a tu silencio,
consiguiendo el más perfecto poemario…
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