Por momentos
mis versos se disuelven
al soplo del ojo poético del alma;
se vuelven fracción, extracto, partícula;
vilanos dispersos
que se abrazan con su ingravidez
a las latitudes eternas,
mientras el silencio les mastica,
dulcemente,
declarándoles luz entintada;
seña colorida que arrecia el instante,
sembrándolo todo con luciérnagas escarlatas…
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