la claridad del silencio,
el índigo tesoro que me ampara…
En un cúmulo de destellos
de arrobado tañido,
asciende mi alma…
Redoblan mis latidos,
en perfecta sintonía con tu lengua…
Traigo mis brotes fundidos
a tus líquidos soles,
como una tromba de ansias…
Caigo en tus ojos seductores
y rescatas toda ambición
de arrebatarle el pensamiento
a la cordura…
Péndulo que me rescata
del otro lado de la bruma
y enciende mis palabras
con la proeza desnuda…
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