Tu sol inunda mis paisajes,
deletreando en mi sombra
el tacto brillante de tu silencio…
Registras el paladar de mi acento
y me envenena tu rocío,
destilado de tu lengua
que en solemne acometida
me hace presa favorita
de tu ser bravío…
Tu energía me penetra a bocanadas,
dulce predilección que me ata
al éxtasis magistral de pertenecerte
en cuerpo y alma…
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