domingo, 16 de febrero de 2014

Imperial Iridiscencia

Me atrae con demencia
la virtud de tu Silencio
y brinca el letargo,
retrocede sin demora,
alcanzando el halo de tu esencia…

Me precipitan las letras
y consiento el desborde de mi voz
en los jardines de tu lengua
-imperial iridiscencia-
que encuentra el rosal de mis sueños,
abarcando tu astral longitud,
destilando estrellas
con idílico fervor…

Sin clemencia
me sellas a fuego tu Azul,
atando mis labios al concierto de tu Verbo
y a merced de tu boca saborea mi tesón
el Instante infinito y eterno…

(25.01.14)

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