Se te nota demasiado
cómo, la melodía del brillo,
va subrayando
el atributo sensible
que permea
cada ámbito de lo que eres;
lo que me enfrenta al deseo imbatible,
legitimando, sin condiciones,
el estado de tu lengua en mí…
Te enseña
descolgándote de la mística raíz;
derrochando sensaciones,
como prolongaciones de tu rebeldía…
Y campeas el sobresalto,
con tus simetrías insurgentes,
implicando la membresía
del club de los soñadores
al fundir abismos
en la gesta satisfactoria
que nos provoca
consentirnos,
día y noche…
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