Pretendiente de la osadía,
tu seducción alborota,
con espectacularidad,
cada uno de mis puntos vulnerables,
conectándome al flash
que va a disparar la adecuación del ángulo
que nos convoca a su galería de artes…
Tu fuente de recursos es gracia
que intoxica al silencio…
Y no hay pudor,
entre las rachas de amapolas
que descubren
el olvido;
el soplo de la terrible cercanía
que salva;
que aquieta;
que entiende el mensaje que dejas,
al filo de la premura…
Si quieres seguir mirando,
te aconsejo
entablar contacto con mi lengua
y su extraña manera
de seguir la ruta bioluminiscente del universo;
la devoción
que clarifica la belleza
de todas las vertientes naturales,
sabedoras de tu misterio…
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