Me engarza la ondulación sublime
que emerge de tu silencio;
a la vez que me conduce,
sutilmente,
a tus suelos verbales…
Intrépido,
consigues arrebatarme el aliento;
ilustrar el pulso de la noche
en mis planos sensoriales…
Sincronizar la estampida de cometas
sobre los vértices del tiempo,
revelándose
la geometría del roce;
la llave cristalina
de todas los secretos…
Disuelta en tu saliva
veo nacer el infinito;
encender su huerto de profundidades
y arder el alma en un suspiro,
mientras tu fuego me invade…
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