Tiemblan los cinceles de agua
en compás luminiscente,
perseveran en su empeño impetuoso
de tatuarme sus torrentes…
Seducida evaporo
en el desmayo dulce del silencio
y discurro el vaporoso túnel del relámpago…
Despierto acariciando intermitencias aladas
siempre emergentes,
frotando el albor insistente de tus ansias,
como aguacero de luces y espejos
que expande poderoso
en el correcto discurso del alma…
Me aferro a la docilidad sublime
que gotea de tu lengua
y vuelve a crecer el río de estrellas
empoderando a la noche
del costado que nos sujeta…
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