Me deposito en el silencio;
en la brevedad de tu ausencia
que seduce la contemplación
de mi espíritu...
Tiemblo,
descolgando del aire
cada letra de tu brillo;
descubriendo
las deidades que te habitan...
Me miras,
aún perdido entre tus sueños,
rompes la bruma de mis sentidos
y me traes el cielo
como auténtico atavío
de mi lengua...
Te despliegas en secreto,
con una danza tan íntima
que los peces de mi boca,
las lunas de mi saliva
saltan y se alinean
con tu mística regencia...
No hay comentarios:
Publicar un comentario