Raes mi frente
con la textura iridiscente
de tu lengua…
Me sacude la arrogancia
del matiz preciso,
su renglón imperioso…
Evacua el agua de los suspiros
en el relieve vaporoso de la carne
que yergue ingenua
y forja la pausa en las agujas,
como un refugio de estrellas…
Clavo el fuego en tu respiro
y mi voz se abre a tus estigmas,
revelándose el enigma del silencio
que empuja el vuelo del ángel
y el tintineo cristalino
de la embriaguez de mis dedos…
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