Me ciño a tu pulso;
a ese leve balanceo
que seduce el tiempo
y extirpa la carne
de mi sombra…
Exhibo mi silencio
en flamante resplandor
y pongo entre tus dedos
el rubor de mi respiro…
A través de mi esencia
fluye el destello infinito…
Sopla el brillo
en los altares del viento
y me encumbro al amparo
de tu roce…
Mis palabras cristalinas
recurren a tu nombre
en el impulso que me escoge
albacea de tu embrujo…
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