miércoles, 17 de junio de 2015
Proclive
Camino en desigual terreno,
entre absurdos escrutinios
y cegueras heredadas…
Ceñida va mi sombra
al impulso primigenio,
al espejo impreciso;
y a la Luz del infinito,
todos los pretiles de mi alma…
Aún proclive
me hunde el cristal agujereado
que consigue la forma de transgredirme,
saqueando mis silencios…
Me detengo
y precipita longeva la mirada,
sangrante de ausencia…
Hurgo la muerte anunciada
y extingue la presión de mis ojos,
el nudo en la garganta…
Resurge con ferocidad mi espíritu,
dejando en mis pasos
el sórdido conflicto
de tropezar de nuevo el empedrado…
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