Afilado el silencio
hiere la utopía…
Se desangra
en los espacios de mis dedos;
en la pausa clandestina,
que completa un diagrama poético
sobre el espejo de mi rutina…
Me late la voz al son del fuego enlazado
que controla el infinito ondular de mi alma,
procurando el resguardo de mis pájaros
y su trinar en mis palabras…
Inextinguible fragancia
que se hace eco rutilante
del invisible instante de la mirada…
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