Me dejo caer
en tu alocado silencio
y me disuelvo
tras la cortina estelar…
Consientes volverme de cristal
para luego retornar como efluvio celeste
y equilibrar el teorema de Luz
que contiene tu mirada…
Mecerme en tu figura angelical,
-bocado mineral-
es desprenderme la piel
y naufragar a la vez
en el agua de tus sueños…
El índigo roce de tus dedos,
Fuego inmortal,
engarza mi alma al invisible palpitar del universo…
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