Me instiga poderoso
el fuego cardinal de tus ojos
e imbuida
en la medida de tu boca,
resbalo trances incendiarios…
El bullir de tu silencio
ioniza mis labios
y me brota la sombra de tus dedos,
como albo relámpago…
Me separo de las horas,
y redacto el tiempo de mi Luna
en la Noche de tu alma…
Somos química pura,
aleación dinámica que perdura
al relato del viento enlazada…
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