sábado, 22 de noviembre de 2014
Péndulo de Luna
Montada en el vertiginoso vaivén
de tu pluma,
péndulo de Luna,
acata mi esencia su premisa…
Sucumbo al arrebato encarnado,
que me desnuda
y desliza por mis labios
la longitud de tu verbo…
De la presea de tu ombligo
se revisten mis palabras
y describo la evanescencia
con la que me resbalas…
Me deshago en el viento,
como mensaje de agua,
aromado de sal y arena,
rompiendo en la orilla firme de tu mirada…
Me extiendo por tu lengua
que explora toda Luz
con la exactitud del silencio…
Y encuentro el diamante opulento,
que deslumbra y fecunda
el afán profuso de mi aliento…
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EN MITAD DE UN VERSO
ResponderEliminarMurió en mitad de un verso,
cantándolo, floreciéndole,
y quedó el verso abierto, disponible
para la eternidad,
mecido por la brisa,
la brisa que jamás concluye,
verso sin terminar, poeta eterno.
Quién muriera así
al aire de una sílaba.
Y al conocer esa muerte de poeta,
recordé otra de mis oraciones.
«Quiero vivir, morir, siempre cantando
y no quiero saber por qué ni cuándo.»
Sí, en el seno del verso,
que le concluya y me concluya Dios.
DIEGO, GERARDO
Grupo poético de 1927 página 111,
tu poema Lunamar Solano estoy llorando de su belleza para como guerrero dar la vida por él. Vamos que está para renacer. Hoy afirmo: la belleza existe, tú, la tienes.