Sabes
lo que colma mi mente
y lo que no;
lo que alcanza
para calzarte mi lengua,
en pleno despliegue
y aquello que lo detiene,
compositor
del tránsito inaudito
que mastica el ahora que se queda corto
al querer maniobrar
estos sentimientos encontrados
que me hacen atenerme
a tus consecuentes actos
y su apetito…
Flotar en el reflejo
se torna absurdo,
cuando
sacude sus alas, el silencio
desde las tramas agrestes del espíritu
y cae la noche sobre el mundo
con su lágrima flameante,
cadencia que, al unísono,
nos abre un expediente
sin otro cargo
que el delito in fraganti…
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