Emana de mis manos
el desvarío del tiempo;
el fuego zigzagueante
que destila mil colores
al ascender por los raíles de insomnio…
Sus labrados icónicos
conectan mi silencio
y seducida por el tacto sinfónico
del infinito,
puedo recorrer la saliva de la noche
escalando su diseño perpetuo…
Hay una agonía desbordada
en la penumbra,
una chispa desnuda
anudando los carmines
para extenderse en la sangre
de un suspiro…
Fascinación inagotable
en la que penetro
cuando estoy contigo…
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