Me encandila
el palpar de tu silencio;
me remueve los sentidos;
embriaga mi pensamiento…
Hasta el aire se disuelve
ante tu roce exquisito
de disturbios violentos…
En mi boca tiende
su argumento lumínico
y desde mi alma crece el grito
que me revela a tu verbo…
Mi sangre se desborda
ante la eléctrica tracción
que me amarra a tu lengua…
Y estremecida
transmuta mi sombra
a labios de tu esencia…
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