Cae a pedazos la lluvia,
sobre los tejados inertes…
Se hace viento la luna
y en sus charcos transparentes
se alarga mi ausencia…
Resbalo de la luz…
El tiempo me inunda la sombra
y aprisiona mi saliva…
Se desprende de mi boca
el labrado precipicio,
en la repentina secuela
del destierro…
No me veo
y se desangra la retina
en la lobreguez del momento…
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