¿Hay silencio
que se haga cargo
de este invadirme de tu verbo
o suspiro que divulgue
toda intensión de mi sonrojo?
La soledad encarnada
trae una reseña de flores,
una cúspide que recorre
un pájaro sin alas…
Un canto herido de mañanas
en la libertad de mis ojos…
Mi alma,
navío de tantas lunas,
fracción fecunda de pureza,
planta saturnos
en los anillos de tu lengua…
De pie sobre el olvido
brinco y planeo
el vientre recóndito del infinito,
volviéndome los versos
de un poema místico…
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