Pronta,
cálida,
repentina,
adentra tu silueta
los caudales de mi saliva…
Su tejido lumínico
frota los bordes de mi lengua
y sus hebras cristalinas
urden el remanso infinito
para mis íntimos poemas…
Te sorprendo bebiendo
mis contornos solares
y del crepúsculo de mis sueños
inhalando mis ángeles…
Sobre mi urdimbre lunar
tu universo carnal
ha situado su desplante…
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