Reclinado tu verbo
se concede delicado
a los párpados de mi alma,
como fricción constelada
de mis suspiros…
La noche reúne conmigo
tu silencio,
en esta ambición irreprochable
de embarcar los trenes de agua…
Intocables panoramas
restauran en mi boca
tu reflejo…
Lejos
tú caminas por los sueños
y ataviada de tu ausencia,
concibo la luz que procede
del palpitar de tu sombra
y me nombra
en el ritual de tu pensamiento…
La noche tiene ese no se que tan especial pasiones, ilusiones y amor
ResponderEliminarDelicado y hermoso
Saludos