Benefactora Primicia

Murmura tu piel,
mientras te abro los labios,
balsámica
y te mojo con el silencio
de una flor auroral
nunca antes vista,
pronunciándola en tu lengua
para absorber lo que se derrama
y brilla,
sin mesura…

Te invado todos los sentidos,
cuando la humedad y su raíz de aliento
insondable,
hace girar los instantes
para repartir su carácter transitorio
que pende del ahora
y descolgarse,
violento,
hasta perderse, después, en la memoria…

Mi fortuna se desata,
cuando pasas a través de mí,
exageradamente,
hiperbólico;
vida y muerte;
desvanecimiento del alma…

Y no ignoro el exceso
con el que apresas mis perspectivas,
mientras un desastre se oye venir;
un desacato
que no encuentra forma de evitar
el hallazgo de tu inventiva…

Simultáneos

Se juntan
tu miel y mi acero,
logrando el contexto que
desbarata
las barreras de lo compatible;
la impostura que limita el encuentro…

Y medra lo adecuado que nos coincide,
liderando la transgresión placentera
para hablar de futuro
dentro de una nube de señuelos…

Incluso,
nos caemos tan bien
que, al movernos lento,
dejándonos llevar
por esta corriente de aire
que legitima una conexión prometedora,
coordinamos su confluencia…

La cuerda del agua que no suelto,
me pone en marcha,
sin dar pie atrás,
hacia el reparto de tu sombra;
al abusar de tu carne,
sin dejar en paz
la completud que nos enfrenta…

Robusto se torna el espacio,
guardados en la piel del otro;
residual
y permanente, el desenlace
que nos muestra
la felicidad a coro…

Lenguas Elásticas

Vas entrando,
sin pensar,
en una danza de luz armónica
que devora la ansiedad
y que dejamos flotar,
leyéndonos la mirada…

Se estira el tobogán
por donde resbalas tú
y tu sed corpórea,
rebelándose contra lo inédito…

Y qué eterna me parece tu lengua,
como líquida expresión de tu levedad,
mientras me llueve por dentro
y me siento
chispa de euforia;
ración de humedad,
impregnada de ti
para, luego,
mientras todo da vueltas,
pulverizar,
con acción nefasta,
todo aquello que siquiera pretenda
alejarme de esta sensación celestial…

O acaso sea el silencio
el que se alarga,
dispuesto a atravesar
mis aureolas de fuego
y, sobre mí,
su resistencia, perpetuar…

Mente Orgánica

Sabes
hacer coludir átomos y moléculas;
conducir las turbulencias,
asestando el interés más amplio
de todo lo que te rodea;
excitarlos
y camuflar los sistemas,
mientras dialogan las palabras
y te das cuenta
que he liberado tanto,
como siento…

Que me sostiene tu luz
y me derramo al calor de tu lengua,
aromático arrullo,
alojando tu éxtasis en mi cuello;
acariciándolo
con el firme propósito de morderlo
y crear el clima perfecto
que ha de moldear
la consecuencia,
el fragmento que acentúa el rasgo
que trae, al tiempo, en demencia…

 

Aroma Luminoso

Afloras,
aludiendo habilidades sorprendentes;
rescatando joyas de los cajones
donde se quedaron, guardadas,
para siempre…

Le das vida a los colores,
como cazador de arcoíris,
serial,
que eres…

Hasta la noche
desea tus dispersión infinita
y los preludios que pasan por tus manos
aprietan el aire,
hasta que, sin más, arborece,
como un prisma…

Me crece lo interminable en las palabras
y, bajo el amparo de tu lengua,
se vuelven simetría de la profundidad;
la química, interactuando,
activa los puentes
que tu electricidad adhiere
y, las aguas platónicas,
ven asomar la abundancia del universo…

Al rajar las tinieblas,
la sombra se cuelga de mis pies
y entra en la tuya
que convulsiona, de inmediato…

La borrachera
de los músculos;
de cada hueso
que hieres, en holocausto,
me hace respirar la ingravidez;
caer en la huella de la eternidad
para que confluya
el magnetismo absoluto…

Herrumbre

Un vaho de pulcritudes
se mezcla con la frescura de la frecuencia
que aromatiza cada palabra
que abandono a su suerte…

La reacción sacude
y transforma tu silueta
en una pátina reluciente
por donde resbala mi fragilidad…

Se vuelve fiebre,
cada gesto pulsante,
distinguiendo la materialidad
que lude la oscilación del vértigo
y vierte
toda tu biografía sobre mis ganas…

Frenetismo,
sosteniéndote el deseo,
como mácula temible
pegada a mi,
en una apología de la luz sagrada...

Caótica II

Tus notas,
salpicadas de locura,
traen a mi lengua
los escenarios de la noche
y todas sus circunstancias...

Fanática
de tu sensibilidad poética,
me entrego
a una suerte de espiral de sensaciones
que serpentea y se perpetúa
hasta el fondo de mis labios…

Tela acústica que envuelve
las correctas curvaturas
que dispones, para mí,
bajo tu tacto...

Me persigue la astucia de cada plan
que ejecutas
y con el que me incorporas
a tu óptica espiritual,
repercusión que potencia y derrocha
la más pura formación del orden
fútil y anárquico,
abusivo, inclusive,
omnímodo,
lleno de desacatos…

 

Considerable

Dedicada a beneficiar el rumbo
de tu sueño colorido;
a tu entera disposición;
con la luminosidad de un faro,
dirijo mis ganas contra tus aguas revueltas;
difundo las pinceladas de desvergüenza
por cada giro que dejas flotar
a mi alrededor…

Viene de mí
lo que fomenta tu descontrol
y reportas lo inaudito
con un magno histrionismo
que explora cada espacio
con la destreza de un bailarín…

El dominio y calidad
que tiende agregar poder a tu cariz
frente a lo no convencional,
deja,
furibundo,
cualquier intento de contrarrestar
lo que te traes entre manos
para mí…

Tácito

Mojada por el diluvio de tu silencio,
permito que la carne arda y descuelgue
el gen del supuesto que la amordaza…

Inmortalizo esa luz incontrolable
e incontenible,
rimando sutilezas,
dejándolas acoplarse
a un circuito de roce y éxtasis
que escribe, en los cuerpos,
su fijación absoluta…

Resuena,
formando una aureola de agua
que siembra y expande mi fe;
como el talismán de la luna,
colgado en el cuello del firmamento,
de vez en vez…

Tremendidad

El revuelo
se introduce por mi lengua,
cuando tu piel errante,
dramática,
le encesta su epifanía;
el diseño del dinamismo más absoluto
para hacerse parte de una anomalía
que adiestra lo que soy...

Llega hasta mí
con su significado espiritual
que me encuentra
con la actitud del viento,
revoloteando delante de ti…

Redondela donde cae mi adicción
por tu silencio,
provocación carismática
que enseña el punto en común
y su magnitud azabache...

Resonancia térmica
que hace carne el contrapunto de la luz,
hundiéndolo todo en el centro
de la alquimia resultante
de todo lo que ha de venir,
mientras estés tú…

Sin Comentarios

Untada
por tu sonrisa;
por el filo anónimo de tu lengua
con todo ese brillo que despide,
espejo fiel de tu naturaleza cósmica…

¡Hágase la luz!
-invocas-
y todo es resurgimiento…

Puedo experimentar
una especie de asilo poético;
rayar el alba
y sentirla recubrirte la piel…

Porque estar corroída de tu amor,
me permite
la repercusión de mirarme nacer de tus ojos,
liberando el alma a través de un camino de perlas…

Me llena de melodías dulces
reconocer tener los mismos inquietos intereses,
como
quitarle nubes al cielo
para
hallar el sincretismo en el aire;
capturar estrellas desde el silencio
que nos va a llover,
como una noche interminable…

Puedo
notarte,
exuberando mi andar,
notarme,
atribuida al toque de un ser
que me incrimina en su delito,
haciéndome cómplice del proceder inaudito
de un crimen pasional…

Hilos Transparentes

Enriquezco
con la práctica de tus apuntes
y, ese aprendizaje,
me deja en la lengua
un sabor placentero y solemne
que consume mi piel,
a bocados…

Te invado e impero,
fructuosa;
bordas tu nombre en mi mente
al morder sus tonos desplegados,
dotado de la habilidad
de hacer nacer el universo,
incesantemente…

Me hago cargo
de exponer la ilustración
que consuela las almas
y que nunca cobra venganza,
más bien recobra todo el ímpetu
para unirte a sus textiles de agua…

Luna Coral

Ver el tiempo
correr despistado;
salir disparado del reloj de pared,
cuando vigila mis idas y vueltas,
sin detención…

Con desesperación,
desangrarse,
pintando la curvatura
que vertebra su lamento
entre tu lengua y mi voz…

Mirar por la ventana
y ver la noche, encendida,
bañándonos
con sus ojos de plata,
espía de lo que vamos creando…

Me incendia de fantasía
y, embobada;
empapada de los charcos de tu piel
que me llueven y hieren,
sin piedad,
en caída libre,
te suelto el verso eléctrico,
al comprender cada palabra no dicha
y que dice lo que tú no,
para que,
salpicando mi oscuridad de dicha,
desfiles por mi sudor…

Luz Florida

Flotan las letras,
delante de mí;
se arremolinan en el aire
y ruedo por lo que dicen…

Mi lengua es una espiral de agua
para que te deslices,
con frenesí
e instales el discurso de tu vida
por cada sílaba formada,
aposta…

Penetras en mi boca,
como átomo a sus filas,
completando el código poético,
tan dulce y prometedor
que nos enlaza su covalencia…

Atrapo un atavío tornasolado;
lo relleno con centellas
e, hinchada de esplendor,
eclosiono y avanzo
por la guía de tu nombre,
alimentada por la clorofila verbal
a la que me doy
para alcanzar la brillantez
de tu palabra y su horizonte…

Anamnesis

Nada sé
de dónde te viene esa forma
de atenuar la opacidad;
de suceder sin extinguir matiz alguno,
hasta hacerlo todo resplandecer…

Desde cuándo
esa facultad de administrar los bienes del mundo,
aligerando los esfuerzos por proteger
esos lugares mágicos
que desentierran los reinos que persigo…

Será
que traes, desde lejos, las proteínas de los astros;
que tienes algún lazo íntimo con la naturaleza
para resbalar sobre el lienzo neuronal
sin medir consecuencias
y llenarme de interrogantes…

Constas del aire,
asintomático
y tu motilidad estimulante
llena de brincos y rotaciones mis pies
y me ves,
danzando,
como un arlequín…

Saltando la consciencia,
inequívoca,
para, pronto, advertir
subyacente,
protosináptica,
la suculencia que te trae hasta mí lengua…

Te siento morder la dulzura opulenta,
haciendo trizas el pronóstico de ayer…

Vivirte se hace urgente y necesario,
una vida y otra, en una sola,
hasta lo que tenga,
de tus labios, que emerger…

Calvario

Con la tenacidad del rayo,
mezo tu aire,
lo destemplo,
sorbo el numen
que surge,
como metáfora del silencio,
hilando el latido altisonante,
así como el instante de todas las veces
que haces arder el sol en mi costado;
sumergir tu dosis de obsesión
debajo de mi lengua,
bajo el mismo tenor de acierto;
bajo el mismísimo amor
que vengo sintiendo…

La exquisitez de tu son,
como rama iridiscente
se extiende,
buscándome;
bifurcándose entre sí,
para, al filo del impacto,
apartar
deseo y clamor;
solemnidad que evoca
el menoscabo de la sombra,
colocándome a tu altura,
empinando mis parpadeos
para mirarte más de cerca…

Ay, la humedad de tu tacto,
esa cruz inseparable,
tortura con la que me acierta
la luz de la inmolación,
como ofrenda incomparable…

Principal y Flotante

Debido a que
sales y entras en mi mente,
detonando cada chispa
que te sabe apoderado de mí...

El áureo efluvio de tu persuasión,
donde tiendo a disolverme;
cada rastro,
asomando su misterio,
arrastra todos los colores del mundo
y remonta
hacia el sutil recodo
donde,
mojada del silencio inmortal,
me concibo,
jugando con tus ojos,
cuerpos de agua,
colmados del erotismo azul
que me da ganas de cruzar,
pecando sin culpa
bajo el dosel de los sueños…

Animando a los suelos flotantes
a refundar traslación y rotación
y lograr volverme el eje pomposo
de tu desvelo,
para poder transcurrir con la emoción,
como un satélite de fuego…

Choque de Silencios

Me embebe tu densa energía,
se mueve conmigo;
cuerpo que me abunda
sin poderlo parar…

Cuida de mí,
donándome la actividad
que me incita al despegue…

Esa fuerza invisible
que te sostiene, sin fin;
con la que me piensas y emocionas,
propende al entrelazamiento
para que me incluya en cada parpadeo
y, con la templanza del cielo
y su poder divino,
trepar hacia las cumbres de tu lengua…

Esa potencia inmortal,
de largo aliento,
airea mis estancias,
las ilumina para sanar cada tropiezo
y enterar la evolución necesaria…

Invasiones Sensoriales

Untarme de tus palmas;
inútilmente
dejar sin efecto,
su escultural recorrido,
sólo confirma mis aprehensiones
y tu envidiable capacidad de hacerlo
cada vez mejor...

Dejas
mis pómulos encendidos
y, tu sed de noche,
clavada a mi piel,
asida a mi talle…

Con un inesperado estupor,
determinarme,
terminante o balanceada,
mientras colmo tus renglones
y compilo las letras de tu aliento,
sin que te disguste…

Te lleno con la voz de lo que abundo
hasta hacerte padecer
el disfrute de mi lengua,
cuando emerge una nueva melodía,
volcánica,
nada módica,
en un pentagrama,
cuyas señales de humo y estelas sonoras,
vibran, regadas por tu mente galáctica…

Reflejo Augural

La celeridad va irrumpiendo,
intransigente,
aullando por mis poros,
como ficción intimidante,
haciéndose con mi realidad,
donde tú,
frente a mis ojos,
te muestras accesible…

Nada más intenso que
sentirme prometedora,
sin saber qué decir,
pero diciéndolo todo…

Fluir con los ajustes persiguiéndose
para completar el diseño ideal
que acomodo
entre las sombras
y que decantan mi piel jugosa
sobre tu respaldo incondicional
para crear lo inefable…

Finalmente,
es el porvenir, tu silencio y lo reclamo;
mi dote, tu buenaventura;
cada instante,
un acople para reflejar
la infartante locura de confesarlo…

A tu Merced

Recopilarme en ti;
declararme a merced de tu lengua,
permitiéndote meterte
conmigo;
con cada pequeño atisbo de orgullo
que atraviesa mi pensamiento
en un afán de salir ilesa del impacto…

Me propinas el asunto
al que le incumbes
y me ofreces pernoctar
bajo el mismo signo,
bajo el mismo elemento;
la misma carga y trasfondo…

Y, en tiempo real,
electrizar el silencio
con tu energía,
mientras abanican mis pestañas
el largo vacío,
donde caemos para llenarlo todo…

Acaparados

Apartas lo que me acoge lejos;
paralizas su pretensión oscura…

Tiras líneas
que no rechazo y asemejo,
acerca de estados sutiles
por donde se fuga la verdad
de una realidad
que se hace humo…

Se resignan las sombras
a romperse bajo las nubes,
en la andadura del tiempo
y la huida del sol
se produce
en medio del impacto
que acopla los dos mundos…

Perlados,
por este azul de cristal;
tornasolados a su tacto de canción,
brincan los silencios
y, su empinado pestañeo,
es diapasón de plata,
metrónomo de una quimera…

Expulso los ecos del olvido
sobre tu piel,
porque ese aprendizaje
y su permanencia indefectible,
irreconciliable con mi consciencia;
ruge,
instantáneamente,
con el apareo que trasluce tus iris,
confesándote a tono;
notifica que va a tomarte preso,
para que colorees mi sonrisa
y encima, ingenioso,
me lleves de la mano
por el sendero de tu desnudez..

Toque de Luz Espontáneo

Voy de lado a lado;
tambaleo
hasta que encuentro el ritmo
de una aleación que apresa,
con desenfado,
todas las improvisaciones
que ato al cascabeleo de tu lengua…

Y me encandila
la embriaguez de tus neuronas,
ecualizando la luz
en amplitud de onda;
en frecuencia progresiva,
mientras va creciendo dentro de mi boca
una interacción expuesta a la locura,
como una rueda mágica
que transforma mis maneras
a las tuyas,
música de los espejos;
catarsis y serendipia...

Metida entre ceja y ceja,
la psicodelia se desploma
ante la calidez de datos
que el caleidoscopio va enhebrando,
entre las pestañas
y los hilos naturales e iridiscentes
con los que bordo los textiles del alma…

Ascendida
hacia las fuentes solares;
arada por la lozanía,
se incendian mis relieves
que recogen, entre tus dedos,
su horizonte,
fascinado de caricias…

Retrospectiva

Cojo, del túnel,
su meloso deslizamiento
y empujo,
me interno,
intuyendo
que me das lugar en tu mundo;
un viaje en el tiempo,
plagado de aventuras
que me declara cautiva de tus ojos...

Me reescribo en tus destrezas;
soy
materia de interés,
afín para tu lengua bruja;
tu asunto secreto;
un deleite, supongo,
porque me vuelves a someter
a tu locura insaciable...

Me detengo un instante
y volteo sin advertir
que ya he dejado lejos
una parte de mí...

Daga que atravieso,
generando una reacción en cadena
que rivaliza con la decisión
que se empeña en seguir...

Luciérnaga de Cristal

La forma sutil de mi boca,
aprisiona
tu aspiración solemne
de bañarme con la miel de tu lengua…

Resbalar las geometrías de la oscuridad
y su luz reveladora
y deshojar las nubes
donde dejo flotar el deseo,
cuando hiende mi sien,
tu diente de sol…

Me desarmo, sin control,
en el rodaje de la escena
que me trae envuelta por esa luz cerebral
y el canto de piel
de cada palabra creada al moverme en ti,
musitadamente…

Hago retumbar,
desde el brillo soberbio,
tu mensaje.
atravesando hasta mis huesos
para amplificarlo,
derrotando espacio y tiempo
al verme danzar sobre la cuerda floja
de la relatividad del universo…

Polvareda Ardiente

Partir de tu lengua,
desesperadamente;
atravesar la esquiva voz blanca,
invocando su magia…

Es
sucumbir bajo la indómita
turbina de revelaciones
que aparecen,
como corazonadas;
participar de los enigmas del tiempo
y enseñarlos con la desnudez de los cuerpos
suspendidos en la claudicación
que los reclama,
disposición que reflota,
lenta,
todas las ganas de amar
que están detrás del corazón
y su astillar de afecto…

Las aceras nocturnas
se comportan poéticamente,
como privilegio de un dios…

Y yo,
extrovertida,
sin permiso de nadie, tampoco,
contemplo de frente,
el participio del desenlace cósmico:
La transformación…

Quimérico

Cada pista en su hallazgo,
me mira directo al silencio
y, conforme las distingo,
ato palabras para que se haga,
más que probable,
traerte contento
y confesarme enamorada de tu alma,
mientras me recojo en tu claraboya,
con tu rostro grabado,
repleta de ilusión…

Corro por tu mente
y tus vistas me son,
a tu lado,
en medio de tu aliento…

Me figuran,
como donativo del universo,
mi puerto y mi jardín…

Y aunque, a veces, me confunden sus motivos,
innovo la manera de escalar sus aristas,
multiplicando las escenas que empleo
para tontear con la idea artística
de que somos zafiro y rubí…

Transhumancia

Da gusto
verse envuelta
en tus campos neuronales;
que me quites las palabras de la boca,
mientras tu lengua brilla
y te haces grande
frente a mis ojos…

Los senderos que escojo
retornan por tu guía;
nómade, peregrino,
te denominan;
presea del ausentismo…

Y sólo me queda el llanto irisado,
mientras cruzo el continente
que me aproxima a los sectores
donde dejas tu huella de sangre,
para dar más vueltas en mi cabeza
a lo largo de un horizonte,
que se expande,
y donarte,
a rienda suelta,
mientras sea preciso,
todas mis heredades…

Aledaña

Sin tener idea de cómo empezar,
te miro;
acudiendo, airada,
alentada por unos versos breves,
llamando a tu alma a cubrirse con mi suspiro…

Tu cuerpo hábil de batallas dulces,
se me concede,
sumiso,
dejando mi cuerda latir
entre palabras sin letras;
batiendo el aire
que se funde a una lluvia de polvos mágicos,
bañando el jardín que nace de mi lengua…

Me miras
y todo el universo tiembla
y confío en la secuencia que fluye,
como la suave marea de un crepúsculo;
tan lento, al movimiento arrebolado
que me concibe, temeraria…

Paraíso mental,
enredándome en otro tiempo y lugar,
atado al bucle
que me hace compatible a tu silencio
y que desnudo con mis labios,
sin lástima…

Yugo

Te empeñas en ser testigo
de la migración de sombras
en la que me transformo,
cuando tienes la ocasión
de esclavizarme,
a fuego lento;
de incorporarme al episodio,
donde me haces daño
con la boca;
con la robustez de tu lengua
que se encarna y sujeta
lo que suscita
el santo sacrificio de lo propio…