Envuelta
por el noctámbulo barniz de tu figura,
me vuelvo acuarela de violines
en un lienzo de sombras...
Ceñida a la acrobática fricción creadora,
en cuya fragante secuencia de colores
difunde el candor del suspiro,
descubro el ángulo perpetuo…
La constelación del silencio
emerge sobre el mapa cristalino
y el astrolabio del tiempo
me lee engarzada
a sus eternos brillos…
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