Saboreo el matiz esplendoroso
que divulga el indómito fervor
que sostiene tu silencio,
la expresión inequívoca que origina
el ignoto roce de arena y olvido,
que gime entre tus dedos
mientras me precipitas…
Las sombras apartan la penumbra herida
y vuelve a cruzar mi alma
el valle rotundo de tu verbo…
Me concedo
y siembras en mis sueños
toda luz que mi voz necesita…
Y renazco de tu fuego,
como ave infinita…
No hay comentarios:
Publicar un comentario