sábado, 26 de marzo de 2016
Roce Intocable
Me insta el tatuaje de tu figura
y en su despliegue indomable
alcanzo la piel transitoria del vacío,
la calidez del atavío perenne…
Me hiere la luz de tu silencio,
como el rayo de luna
inapelablemente
la libertad de mis sueños…
Me miro en tu lengua infinita,
me enredo en ella;
el sutil embrujo de tu verbo
me eleva a los jardines ocultos del tiempo…
Sólido y reverberante
me trepa tu aliento,
bebe de mi alma lo más puro
y en mi cuerpo destina tu desplante,
como roce intocable de plenilunio…
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