domingo, 11 de enero de 2015

Ámbar y Médula


Me dibujo en tu silueta,
resbalo el alud
de la quietud incandescente
que a tus formas me aferra…

Me consumo absorta
en la fonética danzante
de tu silencio…

En tu boca acontece
la tierra de mis temblores,
las albas ondulaciones
que se hacen agua y trepan aromadas,
de tu perenne fuente rapsoda…

Humedece mi sombra
bajo el estímulo incomprensible de tu lengua,
broto en la cúspide impredecible y vigorosa
que me revela el ámbar y médula
de tus cielos rotundos…

Inundo el palpitar de tu estrella,
segura de evaporarme dichosa
en el instante fecundo de este poema…

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