Tus dedos me guardan en el cajón del silencio,
entre los pliegues gustosos de tu lengua
-malla de sutilezas-,
presa del alborozo de tus labios…
Alcanzas el lejano horizonte de mi tierra
y en hilván de letras mi nombre
se hace tatuaje de tu hálito…
Desata el lazo de los sueños
en la corteza de tus aguas
y crece el renglón de mi existencia
en tu mirada…
Me haces tesoro escarlata
de tu océano, canto y sirena;
luna llena de plata,
estímulo y furor de tus poemas…
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