lunes, 21 de octubre de 2013

Máxima Reconfortante

Entre mis dedos de opio,
dadivoso rocío lunar,
hago callar tu rebeldía…

Recojo el fruto de tu edén
-árbol de poesía-
y me haces tu guía
en el laberinto de miel…

Con mis labios,
en tenue roce de luz,
te empapo del verbo claro…

Y en los estanques azules
grabo el misterio de adorarte
-máxima reconfortante-,
acertando la frase mi frente,
ésa que mi alma extiende
hasta llegar a tu lado
y sostenerte…

(31.03.12)

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