Tu sarmiento de esmeraldas
rueda por mi arena,
trepa el muro de mis aguas
y el brillo de su secuencia
limpia mi alma…
Secuestra los labios de mi aire
cada silencio tuyo
-rumor excelso-
pleno de una claridad ondulante…
Ante el suave aliento de tu mirada
se rinde mi palabra
y su labor se torna a tu azulado lecho…
Embelesado mi atuendo
renueva colorido…
Mientras el rugido intrépido
de tu noche sostiene mi lazo…
Figuras de vapor desprenden
mis suspiros
y el sentimiento vertido
favorece mi piel nacarada…
Traspasa mi voz
la línea trazada
y en sintonía elevada
alcanzo el abrazo de tus alas…
Emprendo mi viaje al infinito
con la certeza de trazarlo contigo…
La rosa azul abre en el corazón angusta
ResponderEliminarel tiempo hizo mella en su corazón
heladas dolieron su aliento y en pétalos
deshojó un mundo de ilusión.
Aun demonio he venido a reclamar tu alma
mi bella y dulce amada
yo te bajaré mi cielo.
Los pétalos azules enraizaron de amor eterno
la tierra y gritaron que soy tuyo como la rosa a la espina.
El Castellano